Si
no se abre, no es tu puerta
Cuando una puerta no abre, o se cierra,
sencillamente es que no es tu camino. Las
puertas son entradas que el camino de la vida nos pone, muchas veces nos
cruzamos con la puerta equivocada, y entender que, no por el hecho de que esa
puerta está en el camino significa que es la puerta indicada, la cuestión está,
en ver las señales, en darnos cuenta de que en el largo camino de la vida hay
un sinfín de puertas, pero solo algunas son las que debemos abrir.
¿Cuántas veces hemos intentado
manipular realidades y relaciones para que funcionen como queríamos? ¿Con qué
frecuencia hemos tratado de controlar situaciones sobre las que no tenemos el
poder? Te ha pasado? Una o cien veces quizá?
A veces logramos obtener el resultado que buscamos, sin embargo, pasa que obtenemos ese resultado
deseado por un tiempo, sólo para que nos explote en la cara. ¿Por qué sucede
eso? Porque si no se abre
o si se necesita demasiada
manipulación, intrigas,
control y desgaste emocional para
sostenerla abierta, no es realmente la puerta que se supone que debemos
recorrer.
Otras veces confundimos el
“luchar” por un algo con “manipular” ese algo, recuerda que se vale
equivocarse, no siempre se acierta en la puerta que debemos abrir, mirar la
vida de una forma más ligera y simple también ayuda a darnos cuenta que todo lo
que es para ti, fluye, sin esfuerzo sin miedos, sin intrigas, sin apegos, la
vida es un regalo de la divinidad y todo está aquí para ti, nada que es tuyo,
que ya está destinado para ti, requiere tanto esfuerzo y complicación.
Confía en el plan divino, confía
en tu instinto superior, confía en la maravilla de tu vida, el universo nos da pistas sobre
nuestro camino y las puertas cerradas son algunas de ellas.
Con
Amor
de Activa el Amor